Las personas con silla de ruedas se enfrentan a retos a diario en lo que se refiere a la accesibilidad y la movilidad, ya que muchos de nuestros espacios no están correctamente adaptados. Sin embargo, el problema social de la accesibilidad no solo afecta a los espacios públicos, sino que también muchas personas ven dificultado cada día el acceso a su propia vivienda. En Fundación Mutua Propietarios estamos comprometidos en ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con movilidad reducida facilitando el acceso a sus viviendas. Para ello es fundamental hacer que nuestros edificios de viviendas y comunidades de propietarios sean inclusivos y accesibles para fomentar la autonomía personal de las personas con movilidad reducida, discapacidad o que usan silla de ruedas.
Si quieres conocer más sobre cómo deben ser los edificios de viviendas para ser accesibles en silla de ruedas, en el artículo de hoy te contamos qué adaptaciones son necesarias y pueden llevarse a cabo en la comunidad de vecinos.
¿Qué implica que una vivienda sea accesible?
Hacer que un edificio de viviendas sea accesible puede marcar la diferencia en la vida de una persona con silla de ruedas. No se trata únicamente de una medida que mejora la comodidad, sino que el acceso a la vivienda es un derecho fundamental de las personas y muchas, ven limitada su movilidad por residir en una vivienda que no cumple con los requisitos de accesibilidad necesarios para poder utilizar su silla de ruedas. La libre circulación de personas en los accesos y zonas comunes de su edificio de vivienda no solo repercute en su calidad de vida, sino en su autonomía personal, independencia y autoestima.
Barreras físicas para personas con silla de ruedas
Para las personas que se desplazan en silla de ruedas, cualquier obstáculo en mitad del camino de acceso a la vivienda puede hacer que su paso se vea impedido. Esto incluye desde escalones en el portal sin rampa, ausencia de ascensor, ascensor demasiado estrecho para el paso de la silla de ruedas o sin puertas automáticas, pasillos y puertas demasiado estrechas. Las comunidades de propietarios tienen un papel muy importante a la hora de promover la accesibilidad de las personas, porque pueden poner en marcha las modificaciones necesarias en las zonas comunes para que el edificio sea transitable por cualquier persona con movilidad reducida o usuaria de silla de ruedas.
¿Qué es una vivienda accesible para silla de ruedas?
Que una vivienda sea accesible implica que tanto dentro del hogar como en los accesos y espacios comunes del edificio cuenten con las adaptaciones necesarias para que personas con movilidad reducida, en silla de ruedas o mayores puedan moverse con libertad y utilizar los espacios con autonomía y sin depender de terceros.
Cuando una persona no puede entrar y salir de su vivienda con libertad y depende de otra persona que le asista para hacerlo, no solo ve limitada su independencia y su autonomía, sino que también se le restringe un derecho fundamental de todas las personas como es la libertad de movimiento. Por eso, el primer paso para hacer que una vivienda sea accesible para una silla de ruedas es llevar a cabo las modificaciones necesarias para poder entrar, salir y utilizar las zonas comunes y accesos del edificio con libertad. Esto incluye desde la entrada principal, el portal, vestíbulos, las escaleras y ascensores, puertas y pasillos o zonas exteriores, por las que la silla de ruedas debe poder circular sin barreras arquitectónicas.
¿Cuáles son las principales adaptaciones que es necesario llevar a cabo en las zonas comunes de una vivienda o común?
Para hacer que el acceso a una vivienda sea libre, será necesario eliminar las barreras arquitectónicas (obstáculos físicos) que impidan o dificulten la accesibilidad con sillas de ruedas, o hacer adaptaciones.
1. Sustituir escalones por rampas de acceso
Una de las barreras más frecuentes es encontrar algunos escalones de acceso a la vivienda, normalmente en el portal, vestíbulo o en la entrada, que pueden sustituirse por una rampa. La entrada principal debe contar con una rampa de acceso con pasamanos, para proporcionar seguridad y facilitar el desplazamiento con la silla.
2. Puertas de acceso automáticas o de fácil apertura
Además de ser suficientemente anchas como para que entre una silla de ruedas, las puertas deben poder abrirse, si no de forma automática, al menos con facilidad.
3. Ascensores para acceder a las plantas superiores
Para que la persona con silla de ruedas pueda acceder a las plantas superiores del edificio con autonomía, es necesario contar con ascensores suficientemente amplios para alojar la silla, y con puertas automáticas o que se puedan abrir desde la silla de ruedas. Además, los botones deben estar a una altura adecuada y la entrada y salida al ascensor siempre despejada.
4. Pasillos amplios para el paso con la silla de ruedas
Los pasillos deberán contar con la anchura mínima aceptada para permitir el paso de la silla de ruedas sin obstaculizar el camino. Además, es recomendable emplear suelo antideslizante para evitar resbalones y asegurarse siempre de que la iluminación cubre todos los espacios comunes y se mantenga en buenas condiciones.
5. Salidas de emergencia accesibles
Además de contar con pasillos y puertas suficientemente anchas, es importante que las salidas de emergencia estén bien señalizadas y sean accesibles para las sillas de ruedas.
6. Zonas comunes y exteriores
Si la comunidad cuenta con zonas exteriores comunes como jardines, piscina o terrazas, éstas también deberán ser accesibles para personas con movilidad reducida. Ocurre lo mismo si hay aparcamientos o garaje, que deberán contar con una plaza reservada y cercana a la puerta de acceso para personas que se desplazan en silla de ruedas.
Ventajas de contar con una vivienda accesible para silla de ruedas
Las ventajas de hacer que el edificio de viviendas sea accesible para personas con movilidad reducida y/o en silla de ruedas, no solo repercuten en ellas, sino en el resto de personas que viven en el edificio como personas mayores, familias con niños y/o carritos de bebé o personas que se han lesionado temporalmente. Una vivienda accesible mejora a nivel general la calidad de vida de las personas, permitiendo que se desplacen con libertad y accedan con la mayor autonomía posible a su vivienda. A nivel social, se mejora la inclusión, la convivencia entre los vecinos y la calidad de vida de las personas con movilidad reducida. Por otra parte, la comunidad de propietarios se asegura de cumplir la normativa vigente en materia de accesibilidad, se reducen los conflictos y se aumenta, a largo plazo, el valor del inmueble.
Fundación Mutua Propietarios: comprometidos contigo para lograr la accesibilidad en edificios de viviendas
Hoy en día, lograr la accesibilidad en los edificios de viviendas es uno de los grandes retos que tenemos como sociedad, especialmente teniendo en cuenta que la población es cada vez más longeva y llegada cierta edad, la mayoría de las personas tienen problemas de movilidad. En Fundación Mutua Propietarios queremos ayudar a crear un futuro de convivencia más inclusivo, integrador y justo. Si tu edificio de viviendas o comunidad de propietarios aún no es accesible para silla de ruedas, te invitamos a conocer nuestro trabajo para descubrir cómo hacer de tu comunidad un lugar más accesible para personas con movilidad reducida.


