¿Cómo debe ser una vivienda accesible?

Una vivienda accesible no es solo aquella vivienda sin barreras arquitectónicas que dificulten su acceso. Una vivienda accesible es también aquella vivienda que se adapta a las necesidades de las personas que viven en ella. Cuando en un edificio o vivienda residen personas con movilidad reducida, sea discapacidad o edad avanzada, la accesibilidad tanto en el edificio como en el interior de la propia vivienda cobran especial importancia.

Por ello, es necesario prestar especial atención a las necesidades individuales de cada  persona en cuanto a la accesibilidad en zonas comunitarias y en el interior de las viviendas de cada vecino integrante de una comunidad de propietarios. En Fundación Mutua de Propietarios, trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas con movilidad reducida facilitando la accesibilidad a la vivienda y su entorno. En este artículo vamos a ver cuáles son las claves de la vivienda accesible, gracias al análisis y las conclusiones reveladas en nuestro último informe Accesibilidad en la Vivienda.

 

Claves de accesibilidad en el edificio y en el interior de las viviendas

En nuestro Informe de Accesibilidad en la Vivienda, analizamos el estado actual en cuanto a accesibilidad de las viviendas españolas para determinar cuáles son las mejoras más necesarias o demandadas. Pudimos ver, por ejemplo, que más de 2 de cada 10 personas con movilidad reducida tuvieron que cambiar de domicilio debido a la falta de accesibilidad.

Si nos referimos al edificio o las zonas comunes en una comunidad de propietarios, el factor esencial para que un edifico sea accesible es el tramo de acceso al inmueble, es decir, el portal o acceso desde la calle. Más de 6 de cada 10 viviendas tienen escaleras o escalones en este punto, lo que dificulta el acceso de las personas con limitación de movilidad.  Además, menos de cada 3 10  edificios disponen de rampa, y si bien la situación ha mejorado en los últimos años, hasta un 22%  aún no disponen de ascensor.

Sin embargo, el interior de la vivienda también puede presentar dificultades para las personas con movilidad reducida, de ahí que el 28% de las familias que residen con una persona con discapacidad o con problemas de movilidad hayan tenido que realizar obras para modificar su vivienda.

Los aseos son los principales elementos de adaptación del interior de las viviendas en las que residen personas con problemas de movilidad. De aquellas viviendas que han realizado adaptaciones del interior de su vivienda, el principal elemento reformado son los aseos o cuartos de baño Los dormitorios, o la cocina se adaptan en menor medida.

En ocasiones, incluso cuando la realización reformas u obras de adaptación para movilidad reducida supondría una mejora importante de la calidad de vida de sus residentes las obras no se realizan, por diversos motivos. Por ejemplo, un 12% de quienes no han adaptado su casa para mejorar su accesibilidad aducen falta de recursos económicos para llevar a cabo las obras.

 

Consejos útiles para mejorar la accesibilidad

Una de las medidas más útiles para las personas con problemas de movilidad es la existencia de ascensor en la finca. Las puertas automáticas y las rampas también son componentes importantes de la mejora de accesibilidad en los edificios.

En nuestro Informe de Accesibilidad en la Vivienda se pueden extraer otros consejos útiles  para mejorar la accesibilidad  en las viviendas: :

  • Puertas: las puertas de acceso, también en el interior de la vivienda, deben tener al menos 80 cm de ancho para que as personas con movilidad reducida o usuarias de sillas de ruedas puedan acceder fácilmente.
  • Agarraderas: Instalar agarraderas puede ser otra clave para facilitar la movilidad dentro del edificio o vivienda, pero se han de situar a una distancia adecuada entre sí para evitar caídas.
  • Suelos antideslizantes: es importante que sea suelos antideslizantes y sin irregularidades para evitar tropiezos y resbalones.
  • Altura del mobiliario: en el interior de la vivienda, la altura de los muebles debe adaptarse al alcance de una persona en silla de ruedas (entre 0,4 y 1,4 m).
  • La encimera de la cocina o el lavabo no debe superar los 85cm, dejando un hueco inferior para introducir las piernas de 70 cms.